Sé de llorar mas hoy lo miro de lejos Hago en el tiempo mis torpes movimientos Del pensamiento, no coordino, me temo Estoy enfermo en un lugar del pecho La entrepienso en el hogar de los hechos Recibiendo en el cuello el deseo Apasionando el incendio que nos quema como dedos Suplicando en el carruaje; adelante caballero Siendo yo el par de bueyes atacando sendos pechos Accediendo espacios nuevos del recinto de su útero Quiero decir, me cago, en cada entierro Y cuando el peso de los años la hunda en el ser viejo La defenderé con estos brazos de simio angurriento Por sus ideas brillantes que son las sonrisas que amanezco Su voluntad para ir curando mí pasado con sus yerros La profundidad que los abrazos le dan a cada comprendo La fortaleza de su apoyo en el tono de mis textos Señora es bella en los ámbitos foráneos y domésticos Cuando la veo le solicito tres de estos Me quiera, me cobije, me dé el cuero Que fugaz no sea, que jamás me olvide